Tal y como podemos observar en algunos de los datos de siniestralidad vial más recientes, la pasada Semana Santa se cerró con un balance de 33 personas fallecidas en los 31 tráfico registrados en vías interurbanas, en los que resultaron 4 víctimas mortales menos que el pasado año. Junto con las cifras del año 2013, las de este año son las más bajas desde 1960. Aunque, sin duda, este último dato puede resultar alentador, la realidad es que 33 fallecidos en tan solo 10 días y medio suponen un resumen realmente trágico de lo que debían ser unos días de vacaciones. Más recientemente, el puente del 1 de mayo se saldó con 13 personas fallecidas y 9 heridos de diversa consideración.

Hace pocos días, la DGT publicó las principales cifras de siniestralidad de 2014. Se revela que, en ese año, se produjeron 91.570 accidentes con víctimas en los que murieron 1.688 personas -8 fallecidos más que en 2013-, y 9.574 heridos precisaron el ingreso en un centro hospitalario. Sólo en julio y agosto perdieron la vida en nuestras carreteras 223 personas.

Muchas de las personas que sufren un accidente de tráfico se sienten desprotegidas y en situación de desamparo, con la incertidumbre de no saber qué procedimiento seguir tras el suceso, dónde asesorarse y dónde acudir después para su recuperación o rehabilitación.

Precisamente, para facilitar todo el proceso post-accidente, la Dirección General de Tráfico estableció una Unidad de Víctimas de Accidentes de Tráfico (UVAT) en cada provincia española. El objetivo de estas Unidades, que han atendido ya más de 3.000 casos, consiste en informar a los accidentados sobre sus derechos, sus recursos disponibles y acompañarles durante todo el proceso, el cual puede prolongarse meses o incluso años.

Por otra parte, existen centros sanitarios privados que ponen Unidades de Tráfico a disposición de las víctimas de accidentes de circulación. Las Unidades de estos centros, en muchos casos, están formadas por equipos multidisciplinares de profesionales especializados en Seguridad Vial, cuya labor va dirigida a la realización de acciones de concienciación y prevención de accidentes, investigación y asesoramiento en esta materia y, sobre todo, al tratamiento médico-psicológico y seguimiento de pacientes con lesiones sufridas tras el accidente, ya sea como conductores, pasajeros, motoristas, ciclistas o peatones.

Cada vez son más las personas que acuden a las Unidades de Tráfico especializadas para recibir asesoramiento y tratamiento de las lesiones derivadas de accidentes viales, sean físicas o psicológicas. Si no se recibe el tratamiento adecuado, se corre el riesgo de mantener secuelas posteriores o desarrollar patologías crónicas.

Por todo esto, es de vital importancia acudir a Unidades de Tráfico de profesionales y centros especializados y no permitir que transcurra demasiado tiempo tras el accidente, aun en ausencia de dolor o sintomatología. Sobre todo, es todavía más importante centrar nuestra atención al volante, practicar una conducción defensiva y anticiparnos a los imprevistos que puedan surgir en la carretera; porque prevenir los accidentes de circulación está en manos de todos.